Documental producido por ex alumna de la Escuela de Periodismo PUCV, es nominado a los Emmy 2023

La pieza audiovisual trata sobre los días posteriores a una masacre ocurrida en mayo del año pasado, donde 19 niños resultaron asesinados en una escuela en el pueblo de Uvalde, Texas, Estados Unidos. Mediante esta pieza audiovisual, se indagó sobre la identidad del pueblo y cómo la comunidad se fue recuperando luego que la noticia se reporteara por diversos medios y apareciera en diarios y noticieros.

Los premios Emmy, en tanto, son los galardones anuales a la excelencia en la industria de la televisión estadounidense. A lo largo del año se celebran varias ceremonias de estos, cada una con sus propias reglas y categorías de premios.

A raíz de este hecho, quisimos profundizar en la historia y en la experiencia de la periodista Caterina Barbera, como pieza clave de este documental, en calidad de periodista internacional y como ex alumna de la Escuela de Periodismo de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.

¿Cómo se desplegó tu rol de productora dentro del documental “La lucha por comprender”?

El rol de productor es alguien que quizás no sale en las noticias, pero es la fuerza detrás de una historia, somos los reporteros, los que investigamos, somos los que escribimos las historias muchas veces y trabajamos codo a codo con el editor para que la historia tenga un ritmo.

Mi rol como productora y reportera, fue encontrar un ángulo para contar esta historia, lograr el objetivo que se quería cumplir que era una mezcla entre la identidad de esta comunidad y de cómo salía adelante. Además de reportear sobre el tema del control de armas, porque nos dimos cuenta que había mucha polaridad, aún pese a la tragedia.

Había un grupo de gente que no quería ningún tipo de control de armas, otros que querían seguir teniendo rifles de guerra y otra parte de la comunidad que obviamente eran más las familias, que nos decían sí, nosotros crecimos con armas, pero después de esta tragedia las vemos de diferente forma.

Todo esto lo tratamos de mezclar y encontrar una forma de contarlo en este documental, teniendo mucho respeto por lo que había pasado porque estábamos hablando con personas que habían vivido un trauma muy grande, dándoles a entender que no nos hemos olvidado y que no hay que normalizar que este tipo de cosas pasen. 

En Estados Unidos este tipo de noticias se dan muy seguido. ¿Por qué crees que se decidió contar esta historia en particular?

Yo creo que fue muy impactante la edad y el número de niños. Además fue en Texas, un estado que en general siempre ha sido muy pro armas, entonces también creo que ese era otro factor. Y la verdad es que sí, yo diría que todos los días reportamos sobre algún tiroteo, aunque sea una noticia corta en el noticiero, siempre hay algo pasando.

Pero yo creo que hubo un montón de cosas, el número de personas muertas, la edad de los pequeños, también hubo una confusión respecto a cuál fue el rol de la policía, si se pudo haber prevenido esta tragedia o no. Entonces habían muchas cosas en el aire que decían que todavía había algo más que contar.

Y también para recordarle a la gente que estas discusiones tienen que seguir existiendo a nivel legislativo acá en Estados Unidos, sobre todo ahora que vamos a tener elecciones primarias, es una conversación que sí o sí debe estar presente a nivel político. 

¿Cómo fue el proceso de decidir dejar el país y establecerse en el extranjero?

Fue una de las decisiones más valientes de mi vida, porque fue dejar todo. Me estaba yendo muy bien en Chile, pero sentía que necesitaba hacer esto, porque sino me iba a arrepentir después. Agradezco haberme ganado una beca para poder realizar un Máster en Periodismo con especialización en Documental en la Universidad de Columbia, porque si no iba a ser demasiado caro.

El primer año fue muy duro. Columbia es una escuela muy difícil porque te dan muchas cosas por hacer y tienes que aprender a dividir tu tiempo de forma muy práctica, eso fue complejo. Empecé a reportear mucho sobre inmigración y en realidad eso es en lo que me especializo ahora, es un tema que a mí me apasiona, porque inmigrar a este país no es fácil.

A veces miro mi casa y digo, yo construí esto, partí en una pieza chica en Columbia y logré llegar a vivir en Nueva York, pude establecerme y trabajar para un canal gigante que es parte de Disney. Me paro a pensar y digo, tengo que ser amable conmigo misma y reconocerme todo eso.

¿Cómo se dio tu gusto por estas piezas audiovisuales? ¿Siempre te gustaron los documentales?

Yo creo que desde que entré a la U, porque siempre quise estudiar cine. Cuando estuve en la PUCV, tomé todos los cursos que tenían que ver con producción de televisión, me acuerdo que tomé un curso de escritura de guión también.

Entonces todo lo que fuera como cine, para mí era como wow, como que mi idea siempre fue esa, en algún punto pensé escribir para revistas también, pero la verdad es que lo audiovisual para mí siempre fue lo más llamativo. 

Hice mi práctica en el MEGA y comencé a trabajar ahí. Me fui dando cuenta que las noticias diarias no me llenaban mucho, lo que más me gustaba a mí era mirar en profundidad un hecho, analizar, investigar, etcétera. Ahí mismo tuve la posibilidad de empezar, comencé con un reportaje de 20 minutos, después uno de 30 minutos y así me empecé a enamorar de este mundo.

En este mundo en el que vivimos ahora, donde estamos expuestos constantemente a videos online y miles de plataformas de streaming, es difícil hacer una diferencia. 

Yo siento que mucha gente hoy en día considera que hace documentales, pero para mí tener el training periodístico y contar la historia desde el periodismo, poniendo siempre a las personas primero y relatando con el corazón, causa un impacto aún. Esas son las cosas que me traen mucha satisfacción y por eso me gusta tanto el documental y las historias un poquito más largas que las del día a día.

Por último, ¿Cómo fue tu paso por la escuela? ¿Sientes que te sirvió a ti y a tu desarrollo profesional?

Yo, la verdad, amo la escuela. Desde el momento en que entré a esa escuela, sentí una calidez que para mí fue muy importante. Para mí eso es la universidad. Entré en 2008, salí el 2012 y me titulé el 2013. Así que pasé por la escuelita de periodismo de Miraflores y después nos fuimos a Curauma.

Todos los profes tenían una base muy ética, nos enseñaban con mucho amor y era gente que le gustaba mucho ser mentores, eso para mí fue muy importante en la práctica.

A veces se criticaba de la escuela, me acuerdo mucho, que era muy teórica los primeros años, pero para mí eso fue muy útil. Muy útil. O sea, eso es necesario, siento yo, para que la práctica sea buena. 

La base teórica, ética y toda la variedad de cosas que nos enseñaban, desde la escritura hasta la teoría política y economía, para mí fue muy útil en la vida. 

Bueno, desde el día uno, yo siempre adoré esa escuela, fue un lugar en el que me encantaba pasar tiempo, nunca era como que me quería ir, me acuerdo que con mis compañeros pasábamos tiempo en la escuela aunque no tuviéramos clases, fue una experiencia universitaria muy completa. Y siento que, sin duda, esas bases son las que me llevaron a estar donde estoy ahora.