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La Comunicación Digital y la constante adaptación a los cambios

23 de January 2025

“Adaptarse al entorno digital no es opcional: es necesario transformarse para conectar con las audiencias”, señala el director del Magíster en Comunicación, Daniel Jiménez, añadiendo que “los comunicadores enfrentan el desafío de combinar herramientas digitales con creatividad y una visión estratégica que les permita destacarse en un panorama saturado de contenido”.

La evolución de la Comunicación Digital ha sido uno de los fenómenos más transformadores en el ámbito de la comunicación durante las últimas décadas. Desde los primeros pasos en la era de Internet hasta la actualidad, ha cambiado profundamente la forma en que las personas y las organizaciones interactúan entre sí. Marcado por avances tecnológicos, la aparición de nuevas plataformas y la evolución de las expectativas y comportamientos de los usuarios, el proceso ha dado lugar a un ecosistema digital dinámico y en constante crecimiento.

Con la aparición de Internet en la década de los 90, los sitios web fueron los primeros medios que permitieron la interacción en línea, donde la comunicación era fundamentalmente unidireccional: las empresas o instituciones publicaban información en sus portales y los usuarios la consumían. Aunque revolucionaria, esta etapa ofrecía una interacción limitada y no contaba con las herramientas para crear retroalimentación, como posteriormente ofrecerían las redes sociales.

El verdadero cambio ocurrió precisamente con el auge de las redes sociales, a principios del siglo XXI. Plataformas como YouTube, Facebook, Twitter e Instagram redefinieron la manera en que las personas se comunican y consumen información, permitiendo no sólo una interacción más directa y en tiempo real, sino que también crearon un espacio donde las marcas y las instituciones podían entablar un diálogo cercano con sus audiencias. La comunicación pasó de ser un proceso vertical y controlado a un ecosistema horizontal, donde los usuarios también podían generar y compartir contenido, influyendo en las conversaciones y en las narrativas.

Ya con la masificación de los dispositivos móviles y el acceso constante a Internet, la Comunicación Digital se volvió omnipresente. Los teléfonos inteligentes permitieron que las personas estén conectadas en todo momento, lo que transformó las expectativas respecto a la inmediatez de la comunicación y cambió la manera en que los consumidores interactúan con las marcas, impulsando la necesidad de estrategias comunicacionales más ágiles y dinámicas.

Además, otro hito en su evolución ha sido el uso de algoritmos e inteligencia artificial para personalizar la experiencia del usuario. Plataformas como Google, Instagram y X (antes Twitter) utilizan algoritmos avanzados para mostrar contenido personalizado según los intereses, comportamientos y búsquedas de los usuarios, transformado la manera en que las empresas diseñan sus estrategias de comunicación, adaptando mensajes específicos para diferentes segmentos de la audiencia y maximizando la relevancia y el impacto de cada interacción. La capacidad de enviar el mensaje adecuado a la persona correcta en el momento justo es ahora un elemento central en la Comunicación Digital.

De esta forma, los cambios han dado lugar a nuevos formatos, con el contenido visual ganando protagonismo frente al texto. Las plataformas como YouTube, TikTok o Twitch han consolidado el video como un medio preferido para la comunicación, especialmente entre las generaciones más jóvenes, obligando a las empresas a adaptar sus estrategias de contenido, invirtiendo en formatos que atraigan y retengan la atención en un entorno digital saturado de información.

En esta línea, para Daniel Jiménez, profesor de la Escuela de Periodismo PUCV y director del Magíster en Comunicación, “la Comunicación Digital está en una evolución constante, marcada por avances tecnológicos que redefinen, casi a diario, la manera en que las personas se conectan y acceden a la información. Más que una simple transformación tecnológica, estamos ante un cambio cultural que altera hábitos, expectativas y formas de construir narrativas. Este dinamismo es una oportunidad para innovar, pero también nos exige una mirada crítica para entender su impacto en la ética, la privacidad y la calidad del discurso público”.

Junto con ofrecer mayor flexibilidad en la creación y distribución de contenidos, las plataformas digitales también permiten un análisis más preciso de los comportamientos de los usuarios, mejorando la capacidad de personalizar y optimizar los mensajes, y donde la adaptación es clave. Así, la Comunicación Digital no sólo ha cambiado la forma en que nos comunicamos, sino también cómo entendemos y experimentamos el mundo que nos rodea.

“Para las instituciones, adaptarse al entorno digital no es opcional: es necesario transformarse para conectar con las audiencias. Los comunicadores enfrentan el desafío de combinar herramientas digitales con creatividad y una visión estratégica que les permita destacarse en un panorama saturado de contenido. En cuanto al Magíster en Comunicación, nos posicionamos como una plataforma que forma profesionales con la capacidad de interpretar y liderar estos cambios. Proveemos un equilibrio entre fundamentos teóricos sólidos y habilidades prácticas avanzadas, asegurando que nuestros estudiantes estén preparados para navegar y transformar el ecosistema digital”, finaliza el director del programa, quien imparte la asignatura Cultura e Imagen Digital en el primer semestre de su nuevo plan de estudios.