Pedro Santander, director de DEEP PUCV: “En el diálogo entre disciplinas, el rol de la comunicación es crucial, sobre todo con las redes sociales”
El académico y jefe de investigación de Periodismo PUCV profundiza en el trabajo que realiza junto al equipo interdisciplinario de DEEP PUCV.
En un contexto de creciente desinformación y fake news en diferentes procesos políticos tanto en Chile como en el mundo, nació el proyecto interdisciplinario de Demoscopía Electrónica del Espacio Público (DEEP), el que tiene como principal objetivo desarrollar un modelo predictivo electoral, basado en el análisis de la interacción comunicativa de usuarios en redes sociales, principalmente en eventos electorales de nuestro país.
DEEP PUCV fue creado a principios de 2017 y reúne a los académicos Wenceslao Palma, Rodrigo Alfaro y Héctor Allende, de la Escuela de Ingeniería Informática; a Claudio Elórtegui y Pedro Santander de la Escuela de Periodismo; además de Pedro Alfaro, del Instituto de Literatura y Ciencias del Lenguaje de la PUCV.
Desde su puesta en marcha, se han analizado, investigado y realizado publicaciones en torno al rol de las redes sociales en los procesos electorales más importantes de Chile, comenzando por las primarias de 2017 hasta la Convención Constitucional de 2022 y el posterior plebiscito de salida.
¿Qué motiva el surgimiento de esta iniciativa?
Fundamentalmente nos percatamos desde la Escuela de Periodismo PUCV que la comunicación está presente en el centro de muchos procesos, como los sociales, históricos, económicos y políticos, específicamente en el tema de la producción tecnológica.
En ese sentido, para llevar a cabo lo anterior, es necesaria la interdisciplinariedad, porque se requiere combinar el conocimiento de las comunicaciones con personas que sepan del campo de la lingüística, la informática y también de la ingeniería.
¿Cuál es el aporte que DEEP realiza en el ámbito de las comunicaciones?
Se ha logrado aportar a las comunicaciones a través de las publicaciones científicas, así como también por columnas de opinión en las que se pudo demostrar mediante investigaciones cómo han funcionado las redes sociales en los procesos electorales en Chile.
Por ejemplo, en el Plebiscito Constitucional de 2022, con las opciones apruebo y rechazo, demostramos la importancia que tienen las redes sociales en la diseminación de los discursos de odio, pero también cómo la comunicación política se ejerce a través de una manera muy organizada y pensada.
De igual forma, pudimos describir el comportamiento de comandos políticos en torno a elecciones precisas durante las campañas y utilizando redes sociales, lo que sin duda aportó al área del saber de la comunicación.
¿Cómo ha sido el trabajo entre las diferentes disciplinas?
Ha sido bonito, a pesar de que no siempre es fácil, pero es muy enriquecedor. Por un lado, tenemos que aprender diferentes formas de expresión que tienen colegas de otras disciplinas, un proceso que es mutuo. Por ejemplo, con las y los ingenieros, que tienen un lenguaje más cercano a las matemáticas, en comparación con el periodismo, que está más ligado a las ciencias sociales. Todo eso ha sido desafiante.
Por otro lado, te das cuenta que en el diálogo entre disciplinas, el rol de la comunicación es crucial, sobre todo con las redes sociales. Por lo mismo, también ha sido un bonito aprendizaje.
¿Cuáles son las últimas investigaciones que realizaron?
El último evento electoral del que tenemos publicaciones e investigaciones fue el Plebiscito Constitucional de 2022, en el que pudimos observar cómo la derecha chilena atacaba a la Convención Constitucional, mediante discursos muy violentos, algunos con odio.
Asimismo, vimos cómo este sector político se organizaba en redes sociales y cómo entendió que había que apostar por otras plataformas, no tanto por X o Twitter, sino por Instagram. Por otro lado, observar que las y los partidarios del apruebo se desplegaron en mayor medida a través de Twitter, más que por Instagram. Eso fue muy interesante de analizar.
Sumado a lo anterior, observamos que la manera en que las y los usuarios partidarios del rechazo operaban en el mundo de las redes sociales era mucho más organizada y orgánica que las fuerzas progresistas, las cuales eran más espontáneas. Cuando hablamos de esto los calificamos como tropas digitales que se clasifican en unas muy ordenadas y otras menos organizadas.
También, detectamos más de 11.000 cuentas apoyando la opción del rechazo y esos mismos usuarios participaron en campañas contra la Convención Constitucional y contra Elisa Loncón, los que se activaban en ciertos momentos de las campañas políticas, muy coordinada y ordenadamente, después dejaban de estar activas y volvían a reactivarse en otros momentos. En ese sentido, el efecto que generan algorítmicamente hablando es enorme, porque los beneficia e impulsa en gran medida.
¿En que están actualmente y cuáles son sus proyecciones?
Actualmente nos encontramos evaluando la investigación de nuevos temas vinculados a la desinformación y los procesos electorales, ya que se aproximan las Elecciones Presidenciales de 2025. En esa línea, estamos hipotetizando que va a ser la primera elección presidencial chilena donde el tema de la desinformación va a jugar un papel fundamental, con voto obligatorio y con una predominancia del rol de las redes sociales, como TikTok, X o Instagram, en procesos electorales cada vez más inciertos y dinámicos.
Por lo mismo, me gustaría mucho que empecemos a investigar y analizar las elecciones del próximo año, pero aún es algo que estamos discutiendo con el equipo.
Finalmente, Santander destacó la importancia que ha tenido la colaboración de las y los estudiantes en el desarrollo del proyecto, en el que ex-alumnos de la Escuela como Josefa Mena y Joaquín San Martín participaron como ayudantes de investigación de la iniciativa.
De esta forma, DEEP PUCV y la Escuela de Periodismo aportan al análisis de los procesos políticos dinámicos que actualmente está viviendo Chile, con dos elecciones importantes que se aproximan este año y el próximo, a través de la investigación y colaboración entre académicos y profesionales, fomentando una mayor transparencia y responsabilidad en el mantenimiento de la democracia.