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Sebastián Benfeld: “Me llamó la atención cómo podemos producir cambios a través de la palabra”

22 de Diciembre 2022

El estudiante de tercer año de periodismo cuenta sus impresiones tras ser premiado en la Cumbre de Jóvenes Activistas de la ONU y hace un repaso por su trayectoría como activista medioambiental.

Seís jóvenes de distintos países fueron reconocidos en la Cumnbre. Crédito foto: YAS2022.

Ginebra fue el escenario para que seis jóvenes de distintos continentes, fueran premiados por su trabajo de defensa de los derechos humanos. Se trata de la Cumbre de Jóvenes Activistas realizada por las Naciones Unidas el pasado 2 de diciembre, instancia que reconoció a Pashtana Durrani (Pakistán), Zulaikha Patel (Sudáfrica), Keely Cat-Wells (Reino Unido), C’est Prévue Emmy Lusila (República Democrática del Congo), Sameer Jha (Estados Unidos) y Sebastián Benfeld (Chile). 

Sebastián tiene 21 años, es oriundo de Quilpué y es el coordinador nacional del movimiento Escazú Ahora Chile. Gracias a su trabajo medioambiental, encontró en el periodismo una gran herramienta para comunicar y generar cambios, y con esa motivación entró a estudiar en nuestra escuela el 2020. 

Su incansable defensa medioambiental lo llevó a Suiza a principios de este mes a recibir este importante premio, siendo el único latinoamericano reconocido en la instancia. 

¿Qué sentiste al momento de ser invitado a la cCmbre? 

No me lo esperaba para nada. Yo me acuerdo que estaba terminando las clases de Emprendimiento y Proyectos en Curauma. Salí de clases y me llega una llamada de un número desconocido, que, claramente, era del extranjero. Al principio pensé que podía ser una estafa porque el número me parecía raro, pero contesté y me habló una chica en un español no perfecto, quien me contó de la cumbre. Esta es una iniciativa que desarrolla la ONU en Ginebra hace cuatro años y que busca premiar a seis jóvenes de todo el mundo, que sean referentes en temas de derechos humanos. La chica me comentó que este año habían pensado en mí para ser premiado desde América Latina. Me emocioné y me llamó mucho la atención, pregunté de inmediato cómo llegaron a mí entre tantos jóvenes en el mundo. 

Posterior a eso tuve una reunión por Zoom, ya que hasta ese entonces solo estaba preseleccionado, así que no quise hacerme muchas expectativas. En la entrevista hablé con seis chicas de Suiza, me preguntaron muchas cosas sobre mi trabajo con Escazú y me dijeron que me contactarían dentro de poco. Al otro día recibí el correo oficial, diciendo que estaba seleccionado. Fue una emoción desbordante. 

¿Cuál fue tu impresión general de la Cumbre? ¿Cómo fue la experiencia? 

Fue increíble poder rodearme de personas asombrosas como los cinco otros activistas que también fueron nominados de diferentes continentes. Conocerlos fue muy motivador. La cumbre también me permitió desarrollarme de mejor manera como activista. El evento también tenía como objetivo conectarnos con diferentes organizaciones del mundo, así que pude tener varias reuniones importantes con gente de las Naciones Unidas y de otros organismos, para formar alianzas y redes. Creo que todo se constituye en un impulso para los seis activistas que fuimos premiados y seguir adelante con mayor recursos en el futuro. 

¿Entonces fuiste el único latinoamericano que estuvo presente en esa premiación? 

Exacto, yo era el único ambientalista y el único latino. Todo el resto venía de temas distintos y eso fue súper interesante. Había un chico que trabaja por los derechos de la comunidad LGTBQ. Yo me hice muy amigo de una chica del Congo que se dedica a sacar niños de la calle, darles hogar, comida, educación y prepararlos para la vida adulta. Había otra joven que incluso andaba con guardias de seguridad y está con asilo político en estos momentos, porque ella es de Afganistán y se dedica a levantar escuelas clandestinas para que las niñas puedan acceder a educación y liberarse del matrimonio forzoso que se da en Afganistán. Y así, habían muchos otros jóvenes líderes del mundo y fue muy inspirador compartir con ellos. 

Siguientes pasos para el movimiento en Chile 

Casi ocho meses antes de su viaje a Ginebra, Sebastián estuvo presente en la firma del Acuerdo de Escazú que realizó el presidente Gabriel Boric en los inicios de su mandato. Con la celebración de ese importante logro, finalizó una etapa para el movimiento que lidera el alumno, pero se sumaron nuevos desafíos. 

Con el acuerdo ya firmado y ratificado por nuestro país, ¿cuáles son los retos en materia de medio ambiente para Chile? 

Nosotros estamos súper contentos de haber conseguido que Chile firmara el acuerdo tan rápidamente en la primera semana del gobierno, y se haya ratificado con una muy amplia mayoría en el Congreso Nacional. Ese fue un triunfo histórico y que nos llenó de emoción y de orgullo por todo el trabajo realizado. Y ahora, no contentos con eso, queremos seguir trabajando para poder implementar de forma plena y efectiva el acuerdo en nuestro país y en toda América Latina. 

Los principales desafíos que tenemos en el futuro cercano tienen que ver con, por ejemplo, dar protección efectiva a las y los defensores ambientales que hoy se encuentran expuestos a amenazas y hostigamientos e incluso asesinatos. En este preciso instante nos encontramos desarrollando una investigación junto a un equipo multidisciplinario de psicólogos, periodistas y abogados, para identificar cuáles son las principales amenazas a los que se enfrentan los defensores ambientales, y cuáles podrían ser posibles soluciones que ayuden a que los activistas cuenten con un entorno más seguro y propicio para su labor. Por lo menos, para el 2023 ese será nuestro principal desafío. 

El 2024 esperamos seguir trabajando temas de transparencia ambiental y el 2025, democracia ambiental. Para que todas las letras bonitas que hay en el acuerdo se vuelvan realidad y no queden solamente archivadas en un cajón. 

Entonces les queda bastante trabajo. Porque uno podría pensar que ya se cumplió el objetivo de Escazú Ahora Chile.

Sí, tenemos muchísimo trabajo y ya tenemos un cronograma establecido de aquí al 2027 con todos los desafíos que tenemos por delante. Así que, por lo menos hasta el 2027 vamos a estar muy ocupados. 

El origen del activista y comunicador 

¿De dónde surge la motivación para involucrarte en el activismo medioambiental? ¿Cómo llegas a la posición en la que estás ahora? 

Yo creo que fue especialmente por la región que me tocó vivir, que es la que nos tocó a la gran mayoría de los alumnos de la PUCV; que es la región de Valparaíso. Es la zona que concentra la mayor cantidad de conflictos medioambientales de todo el país. Tenemos la gran minería en la cordillera, amenazando nuestros glaciares, tenemos monocultivos en el valle del Aconcagua, cementeras al interior, y zonas emblemáticas como Quintero y Puchuncaví donde hay más de 16 empresas contaminando de manera simultánea. 

Cuando era niño solía ir a veranear a Puchuncaví, a pasar el día a las playas. Pero a medida que iba creciendo, me di cuenta que los conflictos medioambientales no han disminuido, sino que han aumentado. Y hoy, por ejemplo, en Puchuncaví hay una termoeléctrica más que cuando yo era chico, que se instaló en el primer gobierno de Bachelet. Entonces, ver que las cosas no cambian y que, por el contrario, están empeorando, fue lo que me motivó. 

Comencé a involucrarme de formas distintas. Cuando estaba en el colegio me dedicaba a levantar basureros de reciclaje, para tratar de contribuir de alguna forma. Pero luego me di cuenta que el problema no se podía solucionar de manera individual sino que necesitaba cambios colectivos y estructurales. Ahí conocí el movimiento de Fridays for Future que inició Greta Thumberg y me uní a ellos el 2019. Organizamos algunas protestas en Valparaíso, me tocó ir a exponer al Congreso para presentar nuestras demandas a las autoridades y empecé a vincularme con el mundo político. Luego me tocó representarlos en la COP 25 en Madrid, en un contexto de estallido social y de violación a los derechos humanos en Chile.  Con esas experiencias me di cuenta del rol y de la importancia de la comunicación para poder informar de lo que estaba pasando y lograr cambios en nuestro país. De hecho, eso me motivó a estudiar periodismo. 

Ya el 2020, que fue cuando ingresé a la carrera, me involucré más directamente con el Acuerdo de Escazú, ya que cubría todos los temas que a mí me interesaban, como la democracia ambiental; esta idea de que todas las personas del territorio deben decidir lo que es mejor para el territorio. Eso me encantó y fue una de las razones que me llevó a involucrarme más en el movimiento. 

Entonces fue por causa de este activismo, que ya estabas realizando, que llegaste al periodismo.

Exactamente, por ese desafío de la comunicación que te comentaba.  Al ver el estallido social en mi país, y también al tener la experiencia de ir a hablar a la COP 25, me di cuenta de la importancia de cómo comunicar lo que estaba pasando en Chile ante la comunidad internacional, a diferentes medios y en diferentes idiomas. Me llamó la atención cómo, a través de la palabra, podemos producir un cambio. Me enamoré del periodismo y de la comunicación estratégica sobre todo, porque en esto hay que ser estratégico para conseguir los objetivos. 

Y ahora que eres estudiante y que te has acercado más al periodismo ¿Sigues creyendo que la comunicación puede aportar a estos cambios? 

Sí, de todas maneras. Yo siento que la escuela de Periodismo me ha ayudado a formarme mejor como activista ambiental y como comunicador. Tengo muchas más herramientas y he podido comprender mejor ciertos fenómenos, las dinámicas de poder al interior de las organizaciones y también qué aspectos podría mejorar en mi liderazgo y en mis vocerías en general. Creo que todavía me falta mucho por aprender, aún me quedan dos semestres donde espero seguir creciendo. 

Vinculación con el Medio
Periodismo PUCV